Para entender la especificidad
de los movimientos sociales actuales, A. Touraine explica la evolución
histórica. A saber:
La "alta
modernidad", que empieza con la Revolución francesa, se organizaba en torno
a los principios centrales de orden y de nación. En cambio, la "modernidad
media", es decir la, sociedad industrial del siglo XIX y de la primera
mitad del s. XX, estaba dominada por las tensiones entre el progreso y los
conflictos sociales.
Nuestra sociedad de finales
del s. XX y principio del XXI, que Touraine llama "baja modernidad",
se caracteriza por la desaparición de la vida social y está dominada por la
posición central y frágil del individuo (sujeto) entre los dos universos opuestos
de los mercados y de las comunidades.
Como ya hemos visto antes, el
debilitamiento de la socialización y de las instituciones tiene como aspectos
positivos una mayor libertad e innovación.
Libertad significa también
riesgo e imprevisibilidad, tal como constataban Hannah Arendt y, más
recientemente, Anthony Giddens.

Por otra parte, comunicación
significa que la aceptación de una norma o de una práctica se decide cada vez
más en la opinión pública y menos en las instituciones.
Una democracia renovada y
ampliada se construye sobre estos principios morales.
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