miércoles, 15 de febrero de 2017

"¿Podremos vivir juntos?" de Alain Touraine. El Sujeto y Los movimientos Sociales. Extracto

El sujeto

En la sociedad actual, la sumisión a las normas de la vida social se está debilitando y el individuo se encuentra más a menudo en situación de marginalidad que de pertenencia, de cambio más que de identidad. También se encuentra amenazado por las comunidades autoritarias o por la sociedad de consumo, que lo manipula, y la búsqueda del placer, que lo esclaviza, tal como lo hacían antes la religión o las normas sociales. Por lo tanto, según Touraine, es necesario que todos los individuos se vuelvan a definir por sus relaciones sociales, es decir, como dice Anthony Giddens, que realicen "su relato particular".
La importancia dada al individuo ya es visible actualmente en los movimientos sociales, que ya no reivindican como antes la creación de una nueva sociedad, sino cada vez más la defensa de los derechos humanos, de la libertad, la seguridad y la dignidad personales. Dicho de otra forma, el principio que mueve a estos movimientos ya no es sólo social o político, sino también moral.

Los movimientos sociales

El conflicto central de nuestra sociedad es el que lleva al sujeto a luchar contra el triunfo del mercado y también contra los poderes comunitarios autoritarios. En los movimientos sociales se pueden distinguir tres categorías de iniciativas: una relacionada con la defensa de intereses adquiridos que apunta tanto contra los financieros como contra la llegada de inmigrantes o de nuevas formas de actividad económica; una segunda más política representada, por ejemplo, por la lucha contra la mundialización; y una tercera categoría que tiene como objetivo la defensa de los derechos de las personas, ya sea de las mujeres o de las minorías.

A veces, detrás de las luchas de defensa identitaria o comunitaria hallamos en realidad movimientos sociales, como es el caso de los movimientos indios en América Latina. Incluso, en la ex Yugoslavia o en Argelia, la aparición de movimientos nacionalistas o integristas se explica, según Touraine, por el fracaso de reivindicaciones democráticas.
Contrariamente a las fuerzas políticas, que tienen reivindicaciones, los movimientos sociales reivindican, en general, los derechos, los intereses y la cultura de un actor social concreto y, por lo tanto, son defensores de la diversidad social y cultural.

También existen movimientos sociales o ONGs que cuestionan un modelo general de sociedad, por ejemplo, el desarrollo insostenible.

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